Monday, August 22, 2011

Religion y Arte

Las misiones eran administradas como verdaderos "estados teocráticos", ya que la religión impregnaba cada acto, hasta el más mínimo, de la vida cotidiana. Todas las mañanas se oficiaba una misa. Guiados por los padre, en procesión y rezando, los indígenas marchaban al trabajo y, del mismo modo, volvían a sus casa al concluir la jornada. Los domingos y los días de fiesta religiosa estaban dedicados a los rituales impuestos por el credo. Los niños aprendían a leer y escribir utilizando textos sagrados. La misma devoción se ponía de manifiesto en las expresiones artisticas: la arquitectura, la pintura, la escultura, el torneado, la música o la danza eran otras tantas formas de expresar la fe.

El signo que esta arriba era usado en todas las misiones jesuíticas, y las siglas significan Iesus Hominum Salvator, es decir Jesús salvador del hombre. Los padre misioneros organizaban los talleres artesanales, donde enseñaban las técnicas europeas. Así formaron pintores, plateros, relojeros, grabadores, fundidores y tallistas. Hubo indios imagineros, retablistas, pintores y doradores, que reprodujeron las formas religiosas propias del catolicismo en combinación con motivos decorativos propios. Al terminar cada Misión se hacían violines, flautas, instrumentos para celebrar la ocasión. La cantidad de jesuitas en las misiones variaba en cada caso, pero era reducidísima en relación a la población indígena. Su poder emanaba de la autoridad moral.

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